PURO VIAJE

Autor: Yuniet Blanco Salas

Los mejores trenes de Estados Unidos que son mejores que los aviones

Viajar en avión suele parecer la opción más lógica en un país tan grande como Estados Unidos, pero hay una verdad silenciosa que muchos viajeros descubren tarde: hay trenes que ofrecen una experiencia tan cómoda, panorámica y relajada que superan por completo a volar.

Sin filas interminables, sin controles caóticos, sin el estrés de la cabina estrecha. Solo ventanas amplias, asientos espaciosos, paisajes que no se pueden ver desde el aire y un ritmo que convierte el trayecto en parte esencial del viaje. Estos trenes no compiten con los aviones: los vencen con estilo, confort y una magia que solo el recorrido terrestre puede dar.

1. California Zephyr: el rey de los paisajes imposibles

El California Zephyr es, para muchos, el tren más espectacular del país. Recorre desde Chicago hasta San Francisco atravesando las Montañas Rocosas y la Sierra Nevada, ofreciendo paisajes que un vuelo jamás puede mostrar. Sus vagones panorámicos son verdaderas cápsulas de vidrio donde los viajeros ven cañones, ríos, bosques y picos nevados sin interrupciones.

Los asientos son amplios, hay libertad para caminar y la sensación de aventura es constante. Frente al avión, donde solo se ve un mar de nubes, el Zephyr convierte cada kilómetro en un recuerdo.

2. Coast Starlight: la costa del Pacífico desde primera fila

Quienes han recorrido la costa oeste en avión saben que el océano apenas se intuye desde la ventanilla. En el Coast Starlight, en cambio, el Pacífico se extiende durante horas al borde de los rieles. Este tren une Seattle con Los Ángeles pasando por bosques, acantilados, playas y pueblos playeros.

Sus vagones para observación permiten disfrutar del mar con una claridad que ningún vuelo puede igualar. El ambiente es relajado, el servicio es cálido y la ruta tiene un encanto cinematográfico. Aquí el trayecto es casi más memorable que el destino.

3. Adirondack: la ruta que enamora a los amantes del otoño

El Adirondack, que viaja entre Nueva York y Montreal, se ha convertido en un favorito entre fotógrafos y viajeros que buscan paisajes de postal. Su recorrido por los lagos del norte del estado de Nueva York, especialmente en otoño, ofrece colores tan intensos que vuelven imposible mirar hacia otro lado.

Desde el avión solo se vería una alfombra lejana de árboles; desde el tren se aprecian reflejos, montañas, riberas y bosques a metros de distancia. El ritmo lento permite absorber cada detalle, convirtiéndolo en una experiencia sensorial que el aire no puede replicar.

4. Southwest Chief: desiertos, llanuras y horizontes infinitos

Esta ruta une Chicago con Los Ángeles en un recorrido que atraviesa el corazón del suroeste estadounidense. Desiertos rojizos, formaciones rocosas monumentales y pueblos remotos desfilan frente a las ventanas como si fueran escenas de una película.

A diferencia del avión, donde el paisaje es mínimo, el Southwest Chief permite sentir la inmensidad del territorio. Los vagones son cómodos, hay espacio para estirarse y el silencio del desierto crea una atmósfera casi meditativa.

5. Empire Builder: el clásico que te hace sentir la grandeza del norte

El Empire Builder recorre desde Chicago hasta el noroeste del país, cruzando las Grandes Llanuras, Montana y el espectacular Parque Nacional Glacier. Es una ruta donde el tren se vuelve un mirador en movimiento.

Los aviones pasan sobre estas tierras sin revelar sus detalles; el Empire Builder permite ver búfalos, ríos helados, montañas puras y cielos gigantescos. Es una experiencia tranquila, cómoda y profundamente inmersiva, perfecta para quienes aman viajar sin prisas.

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